Triunfador

Y yo que pensaba que el triunfo me iba a purificar … Que me iba a liberar de las bajas pasiones y los sucios pensamientos … Sí, lo llegué a pensar … Así soy de ingenuo … Llegué a creer que una vez pasadas las amarguras y las angustias de la lucha por alcanzar el éxito me podría sacudir todo el odio sedimentado …  Pensaba que el éxito me purgaría de la bilis, de la gran montaña de roña moral … Pensaba que el éxito actuaría de catarsis, si es que esta palabra, que siempre me ha sonado bien, viene al caso aquí … El éxito, eso llegué a creer, me permitiría alcanzar la felicidad final en este mundo, la única a la que se puede aspirar … Y una vez llegado a ese punto climático, no sé si decir orgasmo, todo se iluminaría y descubriría secretos profundos que harían innecesarios los malos pensamientos y las malas acciones … Pensaba que el mal es, quizás, ineludible para alcanzar la cima, pero innecesario una vez que se ha llegado a ella … Y también pensaba que esa es precisamente la mayor ventaja del éxito, la liberación del mal, la falta de necesidad de hacer el cabrón, de oficiar de hijodeputa … Cualquiera que me juzgue desde el exterior diría que he triunfado en esta vida … He llegado a lo máximo que se puede llegar en mi profesión … Ya he alcanzado la cima, me repiten en todos los sitios …. Puedo dedicarme plácidamente a hacer lo que más me gusta hacer, en teoría … Encima me pagan por ello una barbaridad … Nada hay que amenace mi situación privilegiada … Nadie hay que me haga sombra … Unos me admiran … Otros me envidian … Ambos sentimientos me los compraría cualquiera por el precio que pidiera … Tanto los que envidian como los que admiran no saben exactamente a quien admiran o envidian realmente … No me conocen … Ni falta que les hace … Y, sin embargo, el éxito no ha servido para nada … Sigo teniendo la misma cantidad de amargura que tenía antes … La misma cólera, ahora injustificada … No tengo la menor paciencia con nadie … Hago daño cuándo y a quién puedo … Cuanto más cercano, mejor … Cuanto más entusiasta y entregado, más placer parece que siento en la humillación … El éxito no me ha traído la tranquilidad del ánimo, ni la mesura, ni la claridad, ni mucho menos la felicidad … Sigo tratando mal a quien no conozco … Y peor todavía a los que me quieren bien … Me he convertido en un tirano sin darme cuenta … No soy mejor persona … Soy un hijodeputa todavía más grande porque el éxito te lo pone más fácil … Y aquí estoy, haciendo el hijodeputa no para triunfar, sino por que es lo más fácil que hay … Lo que realmente me sale de dentro …